Luis Lidón Lehnhoff Viena, 4 feb (EFE)- Estados Unidos está bloqueando las posiciones de la Unión Europea (UE) y gran parte de América Latina en unas negociaciones cruciales que fijarán en marzo la política de la ONU sobre estupefacientes para la próxima década, aseguraron hoy fuentes diplomáticas en Viena.

En estas negociaciones, que tendrán un enorme impacto en la vida de millones de personas, la posición de EEUU está representada por conceptos de "mano dura" de la anterior administración republicana, como la "tolerancia cero" propia de la "guerra contra las drogas", señalaron las fuentes consultadas por Efe.

Esta concepción se contrapone al modelo defendido por Europa y América Latina -con la excepción de Colombia- basado en la "reducción del daño", con programas de recambio de jeringuillas, promoción de la higiene y supervisión médica preventiva para poner coto a numerosas enfermedades.

EEUU ha venido insistiendo que esos programas, que suelen incluir también el suministro de metadona, no pueden ayudar a expandir o facilitar el consumo de drogas.

Se trata pues de dos visiones muy diferentes: la primera continúa un enfoque "prohibicionista" y judicial, mientras que la segunda pretende fomentar políticas de salud pública, con resultados positivos en los países en los que se llevaron a la práctica.

Según las ONG, este último modelo, además de salvar vidas, es también más económico porque la prevención del sida, la hepatitis y otras enfermedades supone grandes ahorros a la sanidad, permitiendo invertir ese dinero en campañas de concienciación sobre el peligro de las drogas.

Según varias fuentes diplomáticas, los negociadores estadounidenses han vetado cualquier mención a programas de "reducción de daños" en la declaración política que se negocia, pese a que es una política predicada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por la mayoría de las agencias de la ONU.

La sorpresa ante las posiciones estadounidenses es enorme porque el nuevo presidente Barack Obama ha defendido en su campaña acabar con la prohibición en EEUU a las prácticas de recambio de jeringuillas y ha mostrado su proximidad a tratar el problema de las drogas como un asunto sanitario y no penal.

Ante ello, tres congresistas demócratas han escrito a la nueva embajadora de EEUU ante Naciones Unidas, Susan Rice, para que tome cartas en el asunto con urgencia, ya que las negociaciones están en su fase final y se debe llegar a un acuerdo antes del 10 de marzo, cuando se reúna en Viena la Comisión de Estupefacientes de la ONU.

Las fuentes consultadas explican que esa declaración política no es vinculante -cada país podrá aplicar las medidas que crea oportunas- pero que puede tener mucha influencia al definir la estrategia sobre drogas de la ONU.

La posición de EEUU encuentra apoyo también en Colombia, Japón, Irán y Rusia, este último, el país del mundo con más enfermos de sida por el uso de drogas inyectables.

También el relator especial de la ONU sobre la Tortura, Manfred Nowak, y el relator sobre el Derecho a la Salud, Anand Grover, exigieron en una carta a la que ha tenido acceso Efe que se incluyera la estrategia de "reducción de daños" como un elemento consustancial de los derechos humanos.

"A fin de que los Estados miembros puedan cumplir con sus obligaciones con los derechos humanos, y garantizar la coherencia del sistema de Naciones Unidas, creemos que el anexo debe modificarse para incluir un lenguaje amplio en apoyo a servicios de reducción del daño", se lee en la misiva.

Para Allan Clear, director de la coalición en favor de las políticas de reducción de daños, la posición estadounidense se debe al automatismo de "burócratas del Departamento de Estado curtidos en la guerra contra las drogas".

También la ONG Human Rights Watch ha criticado la estrategia de tolerancia cero, ya que "tiene el efecto de alejar a los usuarios de drogas por vía intravenosa de los tratamientos de desintoxicación y demás cuidados sanitarios". EFE ll/jk/sc

Terra – EFE – 05 de enero de 2009 – Leer la nota completa